Todos conocemos a personas que sin esforzarse demasiado, a veces tan solo con su presencia, consiguen ser el centro de atención en cualquier reunión. Puede que nos hayamos cruzado con alguno en nuestra vida laboral. ¿Se nace? ¿O es un largo proceso de aprendizaje y desarrollo? ¿Qué cualidades tienen las personas carismáticas?
Muchos estudios se han dedicado a investigar qué rasgos definen a las personalidades carismáticas. Las más recientes indican que no se trata solamente de ser carismático, sino de comportarse como tal. Hay ocho cualidades características que surgen de estas investigaciones:
1.Escuchan. Para que quienes lo rodean se sientan apreciados, es necesario que el líder los escuche y reflexione sobre sus ideas, sin considerar que las propias son mejores que las que escucha. Ningún líder con carisma recibe la confianza de los demás si estos perciben que su superior ignora continuamente las propuestas ajenas y considera maravillosas sólo las propias.
2.Inspirar y crean confianza. Se obtiene a través de la experiencia y la acción, principalmente a través de la capacidad de reconocer y corregir los propios errores y de hacer entender a los demás sus aciertos y equivocaciones en la justa medida. Un líder que haya perdido su credibilidad difícilmente volverá a ser considerado como referente entre sus seguidores.
3.No son conformistas. Las personas más valoradas son quienes perciben algún error o injusticia en su entorno y son capaces de poner en marcha el proceso necesario para solucionarlo. Para un líder carismático, siempre existe algo susceptible de ser mejorado, y que por lo tanto, requiere de su protagonismo. Su descontento conduce a la acción y, a su vez, al cambio.
4.Son visionarios. Ya no se trata simplemente de ser capaz de tener una excelente idea, ser hábil en determinados campos o ser muy productivo, sino de ser capaz de elaborar un proyecto personal e intransferible que les distinga de sus iguales.
5.Toman riesgos y se sacrifican. Para ser capaces de alcanzar esa visión personal, los líderes deben predicar con el ejemplo. Y, por lo tanto, han de actuar en consonancia con las ideas que propugnan. No se puede pedir a los demás algo que uno no está dispuesto a dar y pretender que se siga confiando.
6.Son creativos. El ingenio y la capacidad para abandonar las concepciones predeterminadas distinguen a una persona carismática de otra simplemente competente. Sus aspiraciones son diferentes a las del resto de (conformistas) mortales, que requieren una serie de habilidades diferentes que les ayuden a encabezar proyectos. Ya se sabe: si quieres resultados diferentes, uno debe seguir métodos distintos.
7.No critican a los demás. Aunque hayan cometido errores, hablar a espaldas de los compañeros solamente conduce a la pérdida de confianza de éstos, que sospechan que pueden ser objetivos de los comentarios malintencionados del “vivo” en ocasiones sucesivas. En el fondo, las personas más carismáticas lo son por mostrarse humanos, aunque pueda sonar paradójico: reconocen que un error lo puede tener cualquiera –aunque ellos sepan ocultarlo bien– y recuerdan que lo importante no es volver a repetirlo.
8.Hablan de “nosotros”, no de “yo”. El egocentrismo no es precisamente una cualidad frecuente entre las personas carismáticas; sí lo es implicar a los demás en el proyecto que uno ha comenzado. Lo importante es el objetivo común y que cada uno adopte el papel que la empresa necesita, no la realización personal del líder.
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