Demasiados líderes creen que son responsables de su organización o unidad, y todos los demás están ahí para cumplir sus órdenes. Esto no sólo desmoraliza a quienes le reportan directamente, sino que hace que sea difícil para el líder delegar incluso las tareas más simples, sin tener que dictar todos los detalles de la ejecución.
Entregue a cada persona de su unidad la verdadera propiedad sobre su función o área. En lugar de decirles qué hacer, explicar cuáles son sus prioridades para la unidad y pedirles que desarrollen las formas específicas para lograrlas. Vaya un paso más allá y pídales que determinen los parámetros por los cuales usted va a evaluar su éxito.
Vía: Harvard
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