.a Los laboratorios de simulación de liderazgo - Gustavo Adamovsky - Speaker, Consultoría y Capacitación empresarial

Los laboratorios de simulación de liderazgo

Los juegos de rol multijugador online están generando cibercomunidades que ofrecen un vistazo fugaz al entorno de negocios del mañana. Los jugadores que lideran equipos en estos juegos online afinan las habilidades que necesitarán como líderes de negocios en el futuro. Los juegos también brindan un entorno que hace más fácil ser un líder eficaz y que las empresas de hoy podrían tratar de replicar selectivamente en sus organizaciones.

coaching liderazgo ejecutivoÉstos son los principales hallazgos de Reeves, de Stanford University; Malone, de Sloan School del MIT; y O’Driscoll, de North Carolina State. Como parte de un análisis realizado por Seriosity, una empresa que desarrolla software para empresas basado en juegos, los autores estudiaron a personas que dirigían equipos en juegos online. También recurrieron a la experiencia de jugadores que han liderado equipos de negocios en el mundo real en IBM.

Los autores identificaron tres características distintivas del liderazgo en los juegos online que, a medida que los lugares de trabajo y el clima general de negocios sea más dinámico y parecido a un juego, serán esenciales para los líderes del mañana: rapidez, toma de riesgos y aceptación de que los roles de liderazgo son temporales.

El hallazgo más importante, dicen los autores, es que obtener el entorno correcto de liderazgo puede ser más importante que escoger al líder correcto. Señalan dos aspectos de los entornos de los juegos que las empresas deben pensar en adoptar: uno, los incentivos no monetarios incluidos en la economía de un juego motivan fuertemente a los individuos a lograr metas grupales. Dos, la hipertransparencia de la información sobre, por ejemplo, las capacidades de los miembros del equipo y el desempeño de los equipos en tiempo real facilita la asignación correcta de tareas que empoderen a los individuos para gestionarse a sí mismos.

Vía: Harvard Business Review

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