Para el usuario, el sistema es bastante simple. Los nuevos anuncios aparecen 15 segundos después de que los usuarios empiecen a ver el vídeo y se superponen a las imágenes en la parte inferior de la pantalla.

Para Google, este sistema cumple un rol fundamental. El usuario controla en todo momento la publicidad y puede ver sólo los anuncios que le interesan.
El buscador de internet indicó que, por ahora, sólo va a colocar publicidad en las piezas protegidas por los derechos de autor de sus proveedores de contenidos.
Con este sistema, Google tiene la seguridad de que hace negocio sólo con los vídeos sobre los que tiene derechos, y no se le cuelan anuncios en contenidos protegidos que se hayan publicado de manera irregular o en vídeos caseros cuyo contenido no es apropiado a la imagen que quiere dar el anunciante.
Según el diario The New York Times, los beneficios serán repartirán entre las compañías propietarias de los derechos de autor y YouTube. Se estima que los anunciantes pagarán US$ 20 por cada 1.000 veces que su anuncio haya sido visto. No se reveló el porcentaje que recibirá cada parte.
Vía: América Economía
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